Los procesos internos que llevan al ser humano a ser inhumano son sencillos un poco de miedo, un poco de “lider” y un plato de lentejas. Un campo de concentración como el de Sachsenhausen demuestra que cualquier facción puede reutilizar el horror del otro.
“El campo de concentración de Sachsenhausen, ubicado en la población de Oranienburg, en Brandeburgo, Alemania, fue construido por los nazis en 1936 para confinar o liquidar masivamente a opositores políticos, judíos, gitanos, homosexuales, posteriormente también prisioneros de guerra y finalmente Testigos de Jehová. Aproximadamente unos 30.000 prisioneros de todo tipo fueron asesinados dentro del campo.
Con la ocupación soviética de Alemania Oriental, entre agosto de 1945 y la primavera de 1950, fue transformado en un campo especial del NKVD donde se recluyó a unos 60.000 presos políticos, así como militares y funcionarios del III Reich. 12.500 de ellos murieron, en su mayoría de malnutrición y enfermedad.” Wiquipedia