En Évora la iglesia de San Francisco atesora un lugar curioso que te hace reflexionar sobre la futilidad de la existencia humana y los “humos” y ganas de persistir en el imaginario colectivo de seres que volverán a ser polvo. La capilla de los huesos está prácticamente forrada de huesos colocados de forma meticulosa, en el pórtico de entrada una frase verdaderamente lapidaria.
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